El uso del folklore como búsqueda de identidad en la creación artística de la era global. Desde una perspectiva diferencial entre los casos vasco y andaluz en obra de carácter sonoro. Universidad del País Vasco/ Euskal Herriko Universitatea (UPV/EHU).
Érase una vez una malagueña en el País Vasco

Repensando el caserío desde la experiencia creativa

Una Aventura que Comienza en 2002

Mutur Beltz es un proyecto que tiene sus raíces en una búsqueda artística y personal que comenzó en 2002. Durante mi tercer año en la Facultad de Bellas Artes de San Carlos, Valencia, tras una enriquecedora experiencia Erasmus en la Academia de Artes de Reikiavik, Islandia, empecé a explorar nuevas formas de arte, incluyendo el video y el arte sonoro. Aunque mi formación inicial era en dibujo, pintura y escultura, y tenía estudios musicales en el Conservatorio de Marbella, fue en este periodo cuando comencé a fusionar esas disciplinas aparentemente separadas.

En 2002, el azar me llevó a descubrir la txalaparta, un instrumento tradicional vasco, mientras compraba música por su diseño de portada. Esto despertó en mí una curiosidad por el País Vasco que me llevó a mudarme a Bilbao y a vivir un tiempo en Getxo, donde, además de continuar mi formación artística, tomé clases de txalaparta. Esta experiencia fue clave en la evolución de mi obra, permitiendo la fusión entre música y dibujo, lo que se reflejó en mi primera animación: "Érase una vez una malagueña en el País Vasco".

Generando la posibilidad de juntar dos mundos paralelos hasta entonces para mí: la música y el dibujo. El proceso de creación de este trabajo funcionó como un trayecto generador de historias purificadoras; o tal vez fueron consecuencia de aquella pócima ingerida, llamada txakoli. Algo que también pudo haber probado Pierre Loti, a finales del siglo XIX, aquel es­critor francés que se enamoró de Euskal Herria. Y sí, quedé absorta, alelada en un hechizo lleno de incertidumbre y preguntas.

Gran parte de nuestra existencia está relacionada con sonido; cada situación, cada época de nuestra vida va acompañada de un fondo sonoro. Por eso, recuerdo el momento exacto en el que decidí quedarme a vivir en Euskal Herria y matricularme en los cursos de doctorado en la UPV-EHU. Era la madrugada del último día de fiestas del Puerto Viejo de Algorta de 2007 —el día del pijama— y solo quedaba una txosna abierta y una última canción. (…) El lugar donde he decidí vivir, Euskal Herria, y mis orígenes, Andalucía, son los hitos de aquella investigación que quiso ser un canto a la vida. Un intento por entender la existencia humana bajo los parámetros de pensar la identidad en movimiento (de lo sonoro). 

De lo Artístico a lo Rural: El Nacimiento de Mutur Beltz

Años más tarde, a principios de 2013 conocí a Joseba Edesa. Desde entonces, dejamos de pensar y trabajar en singular. Juntos, fuimos gestando un humilde sueño común, la conjunción de nuestras pasiones en un proyecto de vida: Mutur Beltz. Este proyecto surgió a partir del origen pastoril de la familia de Joseba, contagiado del afán común por el mundo ovino, tomando como punto de partida las ovejas carranzanas de cara negra. Esta raza debe su nombre a la comarca de Carranza, en Bizkaia. Joseba es de allí. A este tipo de ovejas se les llama Mutur Beltz (cara negra), porque su piel es de color negro, aunque su lana pueda ser blanca. Este tipo de oveja autóctona está catalogada como una raza en peligro de extinción.

Un día le dije a Joseba que quería aprender a ordeñar las ovejas de su aita y semanas más tarde comencé mi primera clase… Tras el frecuente contacto con las ovejas, junto a las conversaciones mantenidas sobre la problemática de la lana, que a día de hoy se trata como un residuo, surgió un interés por conocer su proceso de trabajo. Entonces, ocurrió un hecho sincrónico no esperado: durante la primavera del año 2014, viajé nuevamente a Islandia con una beca de residencia artística en Gullkistan, una granja creativa situada en un pequeño pueblo llamado Laugarvatn, gracias a una beca de Creación Artística de la Diputación Foral de Bizkaia para concluir el proyecto helARTE es morirse de frío.. Y todo cobró sentido. Cuál no sería mi grata sorpresa que una rueca de hilar me esperaba en el estudio. Alda Sigurðardóttir, la directora de la residencia de arte, me enseñó a hilar.

En las últimas dos semanas, Joseba vino a visitarme a Islandia y juntos —en este viaje— comenzamos esta investigación sobre el trabajo de la lana. Visitamos pequeñas cooperativas de mujeres islandesas donde trabajan la lana, nos enseñaron a lavar, cardar, hilar con huso, etc. Tras estos conocimientos adquiridos, al volver a Euskal Herria tuvimos la gran satisfacción de hacer el primer ovillo de lana a partir del vellón de las ovejas de cara negra del aita de Joseba y a partir de ahí, poco a poco, emprendimos este proyecto de vida.

Curiosamente, todo aquel trabajo de investigación y sensibilización desarrollado desde Mutur Beltz acontecía como un proceso paralelo y en cierto modo tangente a la redacción de aquella tesis doctoral. Pero, según fuimos avanzando, nos dimos cuenta de que estaban íntimamente relacionadas, ya que muchas de las tareas abordadas desde Mutur Beltz permitieron reflexionar sobre el cambio de paradigma en las relaciones entre arte y folklore, culto y popular, urbano y rural, civilizado y primitivo, etc. Enfrentamientos binarios relacionados, en cierta medida, con los valores y saberes que ondearon la corriente ilustrada y el Romanticismo; ambos principios activos de los movimientos nacionalistas de la Edad Contemporánea en Occidente.

Repensar lo Rural: Innovación y Tradición en el Caserío

En 2015 decidimos trasladarnos a Karrantza y ocupar el caserío familiar, donde fusionamos nuestras vidas como artistas, investigadores y ganaderos. Nuestro compromiso con la tierra y la naturaleza nos llevó a desarrollar un proyecto que combina la innovación y la tradición, con un enfoque agroecológico. Mutur Beltz busca revitalizar oficios tradicionales como el hilado, cardado y fieltrado de la lana, mientras promovemos la economía circular y la sostenibilidad en nuestro valle.

Desde entonces, Mutur Beltz se ha consolidado como un proyecto de vida que impulsa la regeneración del paisaje rural y la recuperación de la oveja carranzana, siempre desde una perspectiva creativa y sostenible. Hoy en día, seguimos trabajando mano a mano con los pastores y pastoras de Karrantza, fomentando el uso de la lana local y garantizando un comercio justo que apoye la biodiversidad y el bienestar animal.

Mutur Beltz: Más que un Proyecto, una Comunidad

Mutur Beltz es mucho más que un proyecto productivo. Es un espacio de comunidad donde el arte, la cultura y el mundo rural convergen. Desde 2017, hemos impulsado la Residencia Artística del Buen Vivir en Karrantza, creando un espacio para que artistas y pensadores reflexionen sobre el buen vivir en el entorno rural. Esta residencia no solo busca apoyar la creación artística, sino también fomentar el diálogo entre lo urbano y lo rural, revitalizando el paisaje y las tradiciones a través del arte y la colaboración.

Mutur Beltz: Innovación Artesanal que Une Tradición y Futuro

Mutur Beltz se ha consolidado como un referente de innovación artesanal, revitalizando la lana carranzana y posicionándola en sectores tan diversos como la moda, el deporte, la gastronomía o arte contemporáneo. A través de colaboraciones vanguardistas, como la creación del tejido técnico Artileshell para la marca Ternua o las iniciativas junto al restaurante Mugaritz, Mutur Beltz ha demostrado que la tradición y la sostenibilidad pueden fusionarse en el diseño global de manera única y exitosa.

La lana de oveja carranzana, lejos de ser un recurso olvidado, ha cobrado vida en proyectos que desafían los límites de lo convencional. Desde el imponente tapiz de 40 metros cuadrados que decoró el escenario del festival internacional BBK Live 2024, hasta las pelotas de la Federación de Euskadi y las monturas de gafas de MaldeOjo Optika Atelier, cada pieza refleja el compromiso de Mutur Beltz con la innovación y la preservación del patrimonio local.

Este enfoque disruptivo y arraigado en la sostenibilidad ha llevado a Mutur Beltz a ser reconocido por instituciones como FADEMUR y el Ministerio de Cultura de España, quienes destacan su papel en la revitalización del medio rural a través de la cultura. Laurita Siles, cocreadora del proyecto, ha sido invitada a participar en importantes foros internacionales sobre artesanía contemporánea, como la Fundación Joan March en Mallorca y la Jornada "Reinventando la Artesanía en Clave Contemporánea" celebrada en 2023 en Sevilla, consolidando así a Mutur Beltz como un ejemplo de innovación que conecta lo ancestral con el futuro.

Nuestra historia es, en definitiva, un viaje que sigue en constante evolución, enraizado en la tierra y en la lana, pero con la vista puesta en el futuro.